Crepúsculo: guía del machismo vuelto best-seller y película
¿A qué viene esto? Es que hace un momento, rondando por internet, encontré el siguiente video:
La saga de libros la descubrió mi hermana, uno de esos días en los cuales uno recorre las librerías. Recuerdo que lo llevó porque le gustó la portada del segundo libro (ciertamente, su criterio casi nunca falla... casi.). Yo por ese entonces estaba con la lectura de libros de vampiros, así que obviamente le seguí la idea.
No soy de esas que pueden dejar una historia sin final. Si bien a veces tardo en leer ciertos libros, siempre los termino y solo una clara razón podría detenerme.
Había algo en Crepúsculo que me disgustaba, pero ciertamente la dinámica entre los hombre-lobo hacía ciertas situaciones divertidas y llevaderas. No me tragué a Bella desde el comienzo y después a su novio-brillante tampoco. Creo que mi gran impulso luego fue Jacob, que después me traicionó.
Descubrí la razón de mi incomodidad con un comentario en un blog de por allí, ni recuero cuál. Pero mi cabeza explotó.
Imagen más clara, echale agua: la postura que pretende
difundirse sobre la relación de Edward y Bella.
Es que nunca me cerraron esos argumentos para crear el drama y no concluir la relación como correspondía de parte de Edward (proteger el alma de Bella): sus fundamentos me parecían muuuy pedorros. Pedorrísimos. Pero vaya, comprendo las dinámicas mentales de aquellos que tienen ese tipo de creencias y sé cuán tercos pueden ser.
Ahora, la insistencia del Alimento Torpe en seguir siendo novia humana de un bicho que te puede comer se me hizo suicida e innecesario. Desde el vamos, igualdad de condiciones, ¿no? Decisiones rápidas, claras, concisas: te quieren comer (James), me convierto para que no me coma y de paso estoy con el amor de mi vida (?).
A la mierda el primer libro. El drama nunca fue lo mío.
La persistencia en proteger la humanidad del Alimento hace que se terminen separando. Nada de términos claros: Bella, te voy a comer y no quiero transformarte. Te dejo. No, nunca. Hacemos más drama al pedo. Cien años de edad y los tiramos al carajo con cero madurez. Y la otra, autistamente, cree que el amor es uno solo en la vida y blabla. Es tan monogámico que me perturba. Pero bueno, ¿es la sociedad donde vive la autora, no? me dije a mí misma y persistí. Pero cuando el Alimento buscaba hacerse picadillo para delirar pensé "aquí hay algo que no va bien".
Claro que no, porque solo en las mentes inmaduras alguien se suicida por una persona que te dijo que no te amaba, o se pone en peligro. Y claramente si amás a una persona y no querés que se muera, no esperás a que le pase algo para suicidarte, si no que hacés algo para evitar lo primero (es decir, la convertís). Pero el victimismo cristiano vende más, por lo visto.
Persistimos a través del tercer libro en triángulos amorosos bizarros, pero hot. ¿El problema de que los tres estén juntos? Sigo preguntándomelo. Esa mentalidad monogámica es la que causa la otra mitad de los problemas y del dramatismo desmedido de la historia. Los tríangulos amorosos se arreglan siendo poliamor y listo.
Pero cuando la chica se decide (porque claramente la única que tenía voz y voto en ese maltrato emocional y psicológico constante era ella, no las otras dos bestias LOL), elige seguir con el que la puede comer. Pero sin ser claros: tratando de alargar el tema de volverla un vampiro (porque sin la amenaza de los Vulturis parece ser que no hubiese intención, al final).
Las condiciones que ponen sobre la mesa son más horribles: te casás conmigo y te vuelvo un vampiro. ¿Es que tengo que ser de tu propiedad, fundamentando un mundo machista, expandiendo el catolicismo a nuestra cama, para que yo haga con mi cuerpo lo que yo quiero? Bella, tenés tan poco respeto por vos misma: todos sabemos que si se lo pedía a cualquier otro bicho, la cambiaban en ese mismo momento. Algún mecanismo raro de nada de autosupervivencia le obligaba a persistir con que fuera su novio quien la convirtiese (el que la quiere comer, el que no quiere convertirla, el que la condiciona a casarse con él con tal de respetar conceptos arcaicos, el que la abandona sin razón, ese).
Claramente la joven tiene un problema de machismo reproducido y alguna distrofia mental. Porque eso de tener sexo (el momento en el cual más nos relegamos a nuestros instintos) con un león, siendo una oveja -metáfora de mierda, dicho sea paso, ¿quién vio una oveja en la Sabana?- es suicida. Y el único que puede darle dos cachetadas y ubicar a la pobre criatura en la palmera es ya tan inmaduro que no se comunica...
En fin. Sobrevive. De pedo, porque el Bicho-Marido decide no-más-sexo (unilateral el tema, por lo visto).
Peeeero se queda embarazada. Dejando de lado la falta de lógica con la biología y el sentido común, la historia se vuelve radical y fundamento de este post.
Bella caracterizaba el feto como lo más bello del mundo, pese a que la estaba volviendo un saco de huesos. Literalmente. Se tortura a sí misma por el intento divino de ser madre, pese a que claramente no va a sobrevivir más allá de parirle.
Esta devoción por el hecho de volverse madre, de entregarse por la cría, por amor a la pareja que se merece eso, es tan desagradable que fue mi punto final.
Claramente la autora, una y otra vez, impregna su historia con conceptos misóginos, católicos, machistas. De cero respeto por las decisiones, deseos, pensamientos, emociones de las mujeres. Sobretodo del personaje principal.
¿Y qué es lo peor de todo esto?
Que millones de adolescentes y mujeres del mundo levantan la saga como una nueva biblia, deseando encontrar a su Edward chupa sangre y volverse incubadoras, a costa de sus deseos y vida.
Crepúsculo, has hecho mucho mal en el mundo.
PD: Esto sin hablar del hecho de que Edward tiene unas cuántas décadas más que Bella, lo cual pega al yuyu del amor no mira la edad... Pues que se lo digan a Jacob que se enamora de un bebé que iba a matar...
PDD: Esto pretende ser un desquite por mi dolor de ovarios.
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