¡Y en las noticias de hoy!


Hace poco terminé un curso muy lindo, interesante y bien llevado de Educación, sexualidad y perspectiva de género (nivel uno) que se dictó en mi facultad. Realmente, una gran inversión de ganas y tiempo, no solo por los contenidos, si no por la pedagogía.

Y algo que quedó bien en claro es que los padres, en educación sexual integral brindada por el colegio, no puede intervenir con sus valores morales. Entre algunas de las cosas que tiene como objetivo la Ley 26.150 es tomar como derechos de las personas "a ser bien tratados, [...] a ser respetados no importa cuál sea la orientación sexual" (cita del Profesor Alverto Sileoni, Ministerio de Educación, nota introductoria de la guía para la charla en familia de ESI distribuida por el Ministerio de Educación).

Respecto de la Ley y datos sobre el tema, pueden encontrarlos en la página del Ministerio de Educación.

El tema viene a que el día de hoy, salió una noticia en Página 12 respecto de una lectura que dio una profesora en el marco de educación sexual integral. La temática del libro es controvertida, dado que trata de una chica que se enamora/obsesiona con una profesora. Creo que ya van viendo por dónde viene mi calentura, en el peor sentido de la palabra.



Educación sexual no es solo enseñarle a los chicos a decir que no y a ponerse un forro. Es a respetarse a sí mismo, al espacio de la relación, a tratar el tema tan puntiagudo que es la sexualidad, propia y de los demás.

Entre las actividades que hacíamos en el curso, una de ellas era trabajar con el buzón de preguntas anónimas. La profesora nos iba comentando casos que le tocaron en sus intervenciones, aunque no me sorprendí mucho: constantemente a través de mi carrera me dicen que los niños y adolescentes son activos y curiosos, y no se quedan con lo que les dan en el colegio. No puedo evitar recordar mis primeros años en el secundario, donde no entendía un pedo de lo que hablaban y busqué un libro de educación sexual en la biblioteca.

Veo la oportunidad del libro más bien como algo tremendamente rico en pensamientos que como una invitación a la depravación. Que no me perdonen los padres, pero solo cuando dejen de ver Tinelli y demás programas de chismentos, publicidades de perfumes, de ropa, de joyas, etc., los jóvenes no van a tener incitaciones sexuales.

La realidad es la siguiente: el libro trata los problemas desde la dicotomía de un personaje, que eso puede causar incomodidad y lo comprendo. Pero si encontró a su hija masturbándose en el baño, señora, no se trata de que el libro le haya dicho que está bueno (que lo está), si no que es algo natural del cuerpo sentir excitación. Y a esa edad, la adolescencia, cualquier estímulo la causa. Pero si estamos rodeados de bombardeos de imágenes sexuales.



Es cierto que la tapa del libro es sugestiva, pero muy probablemente las madres, padres y profesores no leyeron el libro más allá de la sinopsis. Y si lo hicieron, buscaron y encontraron. No tiene escenas de contenido sexual explícito. Más bien el problema parece estar en el contenido lésbico de la relación principal... y la ley considera que debe ser respetada la elección de cada quién, de cuál fuese.

Gente, la educación no solo sucede en la escuela. Sucede en casa y muchas veces la TV es el maestro preferido. Si creemos que se está depravando el educando, también se lo hace cuando se miran las novelas que dan en el canal nueve a la hora de la cena. Una peor que la otra, ¡hasta Floricienta tenía momentos de contenido sexual implícito! Pero nos quejamos cuando sucede en el colegio, ¿qué es lo que está sucediendo?

En primer lugar, se intentan resguardar en una Ley que no contradice el uso de tal material en el colegio. El libro es una herramienta y puede ser tomada hacia el lado que uno quiera.




En mi secundario, para hablar de la legalización de la marihuana, vimos Trainspotting, una película fuerte para criticar el consumo de drogas (siendo que en muchas escenas mostraba aquello que es atractivo en su consumo). Se puede usar para ambos lados: decir que el personaje no se controló pero que uno puede hacerlo, o a la inversa.

La sexualidad es un tema jodido porque nosotros lo hacemos jodido. Se trata de un momento de conocimiento de sí mismo y posibilidad de encuentro con el otro, en un marco de respeto y confianza. O debería. El problema real es cuando lo tratamos de ocultar y nos ganan de mano otros espacios. Es mejor que una chica o un chico entienda que la heteronormatividad no es una ley, si no una elección. Así como lo sería la homosexualidad.

No puedo evitar hacerme eco en las palabras de la autora del libro:

“Me parece lamentable la conducta de las personas que se asustan con un libro o con la idea de que el amor no es siempre, digamos, convencional. Pienso que siempre es mejor darle la toda información a un menor que esconderle la realidad. Darle a leer un libro es abrir su mente. Prohibir algo es una invitación a que suceda, probablemente, a escondidas”,

La información, como dije, es una herramienta. Y en tanto se de en un marco de respeto por el estudiante, con atención a su rango etario y a los estímulos a los que está expuesto, en un espacio de crítica a lo que nos rodea y naturalizamos, nada debería detener la lectura de ningún libro, donde sea.


Porque luego van y le compran Crepúsculo o las 50 sombras de Gray, sin intervenir en aquello que el niño, adolescente y joven asimila en sus esquemas del mundo. Porque tus creencias religiosas, a donde vayas los fines de semana, lo que hagas con tu tiempo, no debe interrumpir con algo que la Ley contiene con sentido.


Y no me caigan con que tienen catorce años, que ahora a los once está mal visto ser virgen... 


Y no es que esté diciendo que esté bien, si no que pido un mínimo de coherencia. Apaguemos la tele y leamos el libro con nuestros hijos, hijas, sobrinos, nietos, etc., y comparamos la temática en un espacio de crítica, que siempre podrá ser su función.


Una vez más la ignorancia e idiotez de algunos gana por sobre el pensamiento o los intentos de fomentarlo en los jóvenes. Esperemos que solo quede como un recuerdo triste y como una situación humillante para quienes llevaron la situación a estos términos.

 Mi apoyo a la profesora y un gracias de corazón por intentar educar y no adoctrinar.

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